No leerla de noche y por partes

Tengo últimamente una especie de problema de fijación, tal vez exacerbado por la manera espasmódica moderna de leer y de ver —revistas y blogs, videoclips y noticieros— que hace que pierda la atención ante un argumento demasiado largo, o demasiado complicado, sobre todo si no lo logro resolver en unas pocas sesiones. Cuando me embarco en una labor de lectura de largo aliento (descubro un blog buenísimo con bastantes entradas antiguas, agarro un sesudo artículo en una revista), trato con toda mi alma de cepillarme todo lo que pueda ahí y en ese momento. De no hacer esto, el interesante contenido corre el riesgo de caer en la pavorosa cola de pendientes de la que quién sabe cuándo saldrá.
Esto es un inconveniente cuando el tiempo que tienes para leer es un rato cada noche, y durante ese rato te da sueño a las pocas páginas.

Así que quizás ese problema fue lo que me hizo no disfrutar plenamente de esta novela que compré en diciembre, Lunar Park de Bret Easton Ellis.
Un argumento que me capturó en un primer momento revisando la cubierta en Nacho, y que me mantuvo interesado con sus primeros capítulos ya en casa, se me fue perdiendo entre situaciones a veces reales y a veces oníricas (en la trama y en la realidad: a veces no sabía si estaba leyendo o me había quedado dormido), muy calmadas y explicadas, que me parece que hicieron perder fuerza a la historia en general.
O tal vez esa historia original se fue por derroteros para mí difíciles de seguir. Los primeros capítulos, de hecho los que me tenían atento, esbozan una autobiografía casi totalmente real. Allí es donde Ellis se dibuja en toda su decadente gloria, y hace un repaso por lo que configura su vida actual: fiestas donde circulan las drogas y los contactos famosos o millonarios, alumnas de su clase, una de las cuales es su amante, una esposa actriz desconectada e histérica, un hijo que lo llama Bret y una hija que insiste en que su muñeco de peluche ha cobrado vida. Y una novela que está escribiendo.
Cuando se desencadena todo el meollo de la novela es cuando empiezo a perderme. Comienzan a desaparecer muchachos de la edad de su hijo. Ocurre una serie de asesinatos escalofriantemente parecidos a los que describe él mismo en su American Psycho. Lo ronda un sujeto a imagen y semejanza de su Patrick Bateman, a bordo de un Mercedes como el que tenía su padre, con quien nunca se comunicó del todo bien y que ahora después de muerto parece enviarle mensajes de múltiples y sutiles formas. Su casa empieza a mutar y parecerse a la que habitaba cuando niño. Su perro lo odia, la esposa lo lleva a terapia matrimonial, lo persigue un peluche asesino.
Todo se sucede en diferentes planos de realidad, o en lo que parece ser interpretaciones distintas de la misma realidad, sea que se haga bajo un estado de drogadicción avanzada, o en sueños, o bajo una paranoia que que debe resolverse poniendo claros ciertos asuntos del pasado. Su pasado real y los pasados de sus ficciones.

Y es ahí donde quizá juega un papel importante leer esta novela en un estado de concentración definitivamente distinto al que yo le otorgué. Detalles que pueden haber sido considerados la clave con la que descifrar situaciones posteriores, se me escapan. Los domésticos misterios develándose en una suerte de pasmoso suspenso se me hacían más bien efectistas. Y mezclar los distintos estados de conciencia del autor, del protagonista y los míos —en los que predominaba un cálido duermevela— ya fue demasiado: no ayudaba. Para cuando desenlaza el gran problema existencial de Easton Ellis con su pasado, ya casi no me importaba...

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3 comentarios:

  1. Inos Says:

    Si de exorcismos literarios se trata, por allí está el "Estambul" de Orhan Pamuk...

    Ya le echaré un ojo al "Lunar Park", a ver qué se trae Bret en esta ocasión.

    Salú.

  2. Luis Bond ∴ Says:

    Jejeje aunke tambien leo de noche, MUY de noche, casi en la madrugada, pocas veces pasa ke pierdo el hilo. Con Proust creo ke me cure de ese mal (despues de un parrafo de 10 hojas y letra 8 para describir un vestido o una pekeña conversacionuno se acostumbra a leer todo). Aunke solo conozco de el American Psycho, le echare una ojeada cuando pueda a este libro a ver ke tal... Saludos!!

  3. María Elisa Quiaro Says:

    de día y con todas las luces prendidas!