Cuando yo viva en Springfield...

...creo que luciré así. A lo mejor un poquito más amarillo, para hacer juego con la gente de ese pueblo*. ¿O tal vez me den un papel de extra en Wallace & Gromit, aventura en Caracas? Bueno, en todo caso ya estoy preparado. Lo estaba desde el año pasado, cuando se montó en mi oficina un nacimiento con figurines de plastilina, y no se me ocurrió nada mejor que completar el conjunto "María-José-el niño-los Reyes-la mula y el buey" con cloncitos de quienes trabajamos aquí.
En fin, algunas de las piezas andan rodando todavía de escritorio en escritorio, y he aquí lo que queda de mi dúctil replicante.
Y si algún visitante deste espacio planea algún stop-motion animation feature, déjemelo saber. Presto personaje. O ayudo a moldearlos...

* Por cierto, aquí hay un excelente mapa de Springfield, hogar de los Simpson.

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Feliz Navidad, Arte Real...

Primero de diciembre y en mi oficina ya terminan de colocar —o más bien, siguen ajustando: nunca terminan— los mil coroticos, arreglos, muñecos, floripondios, guindarajos y precarias aventuras artesanales que llaman decoraciones navideñas.
Navidad: junto a "patria", "madre" y otros peligrosos términos, aparentemente tiene el poder de suspender el juicio crítico en las personas. De suerte que cualquier apelotonamiento de materiales como fieltro, lentejuelas, cintas, pega blanca, escarcha, ramitas secas y algo brillante —ahora hay uno nuevo: láminas de foam, esa especie de colorida gomaespuma, como de cholas playeras o antirresbalante de baño, la locura—, en cualquier combinación posible de verdes, dorados, rojos y blancos, atacados con tijera, engrapadora o pistola de silicón (e inspiración), se llama "adorno". Y es bonito.
¿Cómo, de dónde, desde cuándo, se nos ha quedado el resabio según el cual se forra toda superficie plana y unicolor como si fuese a regalársele al primero que pase a verla? ¿Por qué es "más lindo" elaborar, escuelíticamente*, un poco de "adornos" y decorar con eso, cuando no todo el mundo tiene la habilidad manual, la paciencia o el buen gusto necesarios? ¿Por qué razón ante tales desmanes cometidos en nombre del espíritu navideño uno no puede decir "qué vaina tan fea" sin ser excomulgado y tildado de poco colaborador? Y antes de que las comparaciones con el verdoso Grinch** se hagan presentes, quede registrado que no propongo la total desaparición de lo decoración decembrina: es que prefiero algo más adulto, tal vez menos inspirado pero ciertamente más sobrio, si es necesario comprado, que para eso hay gente que sabe de eso.
¡Y don't even get me started (perdón, me gusta esa expresión porque se oye bien tajante: quise decir: ni me mencionen) los nacimientos "con tema"! Ya uno llanero, con sombreros pelo 'e guama y reyes coleadores de toros con cuatro al ristre es para mí el límite. 'Tá bonito. Pero he visto con estos ojos belenes siglo XXV, con "Arturitos" por mula y buey, donde robots visitan al niño y se esperaría que de un momento a otro el mismísimo Darth Vader rete a San José a un duelo...
* escuelíticamente: adv. de modo; se refiere a todo cuanto se hace o dice como si el entorno fuese una escuelita y nunca hubiésemos salido de ella. Ejemplos: murales callejeros recordando los deberes cívicos (tema futuro de un post), decoraciones artesanales (navideñas o de cualquier época), las carteleras.
** Grinch: A este lo conoce todo el mundo. Personaje de un cuento en verso por Dr. Seuss, ilustrado por él mismo (la imagen del post es de esas originales), llevado a la TV en una EXCELENTE animación de Chuck Jones y al cine por Ron Howard con Jim Carrey.

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